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jueves, 1 de marzo de 2012

Con jugadores que vienen y que van

Ya ha vuelto la champions a escena y los octavos son el comienzo de la fase más interesante, la de las eliminatorias a doble partido. Curiosamente este año la fase de grupos ha supuesto una criba especialmente importante y sobre todo extraña, y es que por el camino ya se han quedado la mitad de los equipos españoles (Valencia y Villarreal), el último campeón francés (el Lille) y sobre todo los dos equipos de Manchester (United y City), pero sorprendentemente ha pasado uno chipriota (el Apoel). Aun así, aunque nos encontremos con los octavos más descafeinados que recuerdo, seguro que habrá partidos para guardar en nuestra memoria.

Uno que apunta ha sido el cuatro a cero del Milán al Arsenal. No ha sido uno de esos partidos de leyenda, está claro, posiblemente ni si quiera será  uno de los mejores del año, pero de lo que llevamos de Champions me ha parecido uno de los mejores. Me gusto el Milán, me pareció un equipo poderoso, fuerte en el cuerpo a cuerpo y con un directo demoledor. Esto es algo raro, teniendo en cuenta que no suele gustarme, lleva años resultándome  excesivamente lento y sin capacidad para dominar en los enfrentamientos ante equipos de envergadura. Hacia años que no lo veía imponerse así ante un rival importante en Europa. Ayudaron los londinenses, que lastrados por las bajas no fueron un digno rival. Con todo esto, lo que más me llamo la atención fue lo bien que mezclaron los jugadores del once italiano. Viendo la alineación del equipo lombardo, me resulta significativo que tan ecléctica selección de futbolistas formen un conjunto tan bien armado y competitivo. Hay jugadores de todos los colores: Veteranos curtidos en mil batallas como Seedorf, Ambrosini o Van Bommel; jóvenes talentos italianos sin todavía mucho renombre como Nocerino y Abate; una extraña mezcla de carácter, fuerza y habilidad como Boateng (al que se le ha unido Muntari para meter mas leña al centro del campo);defensas solventes como Mexes o Antonini y defensas brillantes como Thiago Silva; y sobre todo dos talentos naturales fuera de serie como Ibrahimovic y Robinho (que serian tres si Cassano no estuviera de baja), víctimas de su controvertida mentalidad, capaces de ser mucho más de lo que me da la sensación que han sido y que ya cerca de la treintena tienen la ultima oportunidad de ganar algo realmente grande.

Digo todo esto, porque de unos años atrás la política de fichajes del club rossinegro me ha parecido una de las caóticas que he visto en un grande de Europa en tiempo. No voy a negar que desde la llegada de Allegri el año pasado, la cosa parece que tiene más sentido, pero está claro que en Milán se ha fichado más por fichar que porque realmente hubiera una intención de crear un equipo bien conjuntado. La mayoría han sido contratados porque como se querían ir de sus club de orígenes pues resultaban relativamente baratos (Ibra, Robinho, Van Bommel, Aquilani....), otros porque son jóvenes y prometedores (El Shaarawy, Boateng) y los hay que todavía no entiendo muy bien porque se ficharon ( Maxi Lopez, Emanuelson...). No voy a decir que sea un equipo hecho con retales, porque evidentemente no lo es, pero si que da la sensación de estar formado, con jugadores que vienen y van, sin ningún tipo de intención de unidad y continuidad.

Con esta extraña mezcla formada a partes iguales por la herencia de la larga etapa de Ancelotti y lo que ha traído Allegri, el año pasado les bastó para ganar una liga italiana en pleno proceso de decadencia. No tengo tan claro sin embargo que este año les llegue para revalidar titulo. Pero aun así, después del choque de octavos contra los ingleses, no pude evitar acordarme de otros conjuntos, que formados con jugadores que iban y venían, levantaron la Copa de Europa. Me vienen a la cabeza aquel Madrid que cogió Del Bosque a mitad de temporada y que termino por alcanzar el cetro europeo con Karanka e Iván Campos de centrales y Anelka de delantero centro; o el Liverpool de la primera temporada de Rafa Benitez, cuyo heroe en la final fue Dudek. Después de aquel día empecé a considerar seriamente la posibilidad de que sean campeones. Posiblemente me equivoque. Eso espero, a pesar del partidazo frente al Arsenal, sigue sin agradarme el juego del equipo de Allegri, aunque visto como es el fútbol, no me extrañaría nada ver a un portero como Abbiati convertido en el próximo heroe de la final de Munich

 

                                                                                                           ROBERTO

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