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miércoles, 4 de enero de 2012

Valencianos en Japón

El 15 de Enero del 2008 casi todos los telediarios dieron en su sección deportiva una noticia, que aunque fue presentada como una mera anécdota graciosa, a mi se me quedo grabada en la memoria. No voy a negar que aquel incidente no fuera una simple historieta, con mucho de peculiaridad pero también con mucho de chiste. Aun así, al oírla no puede evitar tener una sensación de que aquello significaba mucho más.

Os cuento. Corría la temporada 2007/2008, y el Valencia C. F. era un autentico polvorín, tanto social como deportivamente. La grada y la prensa se encontraban enfrentados contra el máximo accionista y presidente Juan Soler, el mismo que tras su marcha dejó al club en una situación de quiebra económica. La situación deportiva no era mucho mejor. El equipo no iba bien en la liga, fuera de Europa y se había destituido a Quique Sánchez Flores. En su lugar llegó Ronald Koeman, quien fracasó absolutamente. Nunca se adaptó ni a la ciudad ni al club. Con él, el Valencia ni jugaba bien ni ganaba, y aunque por estas cosas que tiene el fútbol llegó a ganar la Copa del Rey, nunca tuvo el apoyo de la hinchada. Además, una de sus decisiones mas controvertidas había sido la de apartar del equipo a tres símbolos de la afición como Albelda, Angulo y Cañizares. Limpieza de vestuario decía. La situación llegó a ser tal, que no solo entrenaban en un campo aparte de sus compañeros, sino que se ordenó construir un muro divisorio entre ambos campos.

La anécdota que a mi se me quedó grabada en la memoria no fue esa, fue una mas rocambolesca aun. El 15 de enero del 2008, casi todos los medios deportivos informaron sobre una manifestación a favor de estos tres jugadores y pidiendo la dimisión de Juan Soler en Tokio. ¡¡¡ En Tokio!!!  No es broma. Aquel día, un poco menos de 50 japoneses vestidos con camisetas y bufandas del Valencia y ataviados con pancartas se concentraron en el metro de Tokio y profesaron cánticos de apoyos a los tres jugadores apartados. Más allá de lo raro y gracioso de la situación, recuerdo haber deseado ver la cara que pusieron los tres afectados cuando vieron las imágenes. Me las imagino una mezcla de perplejidad y emoción, como no saber si llorar o reír. Lo que sin embargo a mi me picó en la curiosidad fue saber como se ponen de acuerdo varias decenas de japoneses para manifestarse por tres jugadores españoles del Valencia.

Que el fútbol es uno de los mayores fenómenos de masas, capaz de levantar pasiones en todo el mundo, es algo que no me sorprende nada. Que se lo pregunten a Cristiano Ronaldo o a Messi cada vez que tienen que pasar por un aeropuerto. Que los japoneses tienen a veces una tendencia hacia el surrealismo extremo, tampoco. Aun así, me cuesta entender como tantos tíos de la otra parte del mundo, en un país sin apenas tradición futbolística, se interesan hasta ese punto por un equipo como el Valencia y por unos jugador como estos. Porque para ser sinceros, siendo el Valencia un gran club y esos jugadores tres grandes futbolistas, ni el equipo ni ellos responden a un perfil mediáticamente más grande. Casi seguro que tanto Albelda como Angulo pueden pasearse tranquilamente por cualquier ciudad fuera de nuestras fronteras. Un poco menos tranquilo seria el paseo de Santi Cañizares. Imposible para Casillas o Iniesta. Y aun así, allí estaban esos nipones coreando sus nombres.

La única explicación que tiene este singular hecho es que realmente el fútbol se ha globalizado hasta limites insospechados. En cualquier rincón del mundo hoy en día no solo encontraremos a niños jugando tras un balón, si no que seguro que lo veremos con una camiseta del Madrid, del Manchester o de la selección brasileña. El fútbol ha sabido agarrar el tren de la globalización y de los nuevos medios de comunicación (Internet y la televisión digital sobre todo) para convertirse en un fenómeno que ya no solo levanta pasiones en ciertas partes del mundo ( especialmente Europa, Sudamérica y África).  Hoy en día, tanto la Premier como la Liga española se retransmiten a todo el mundo y los grandes equipos llenan estadios en giras de amistosos por nuevos continentes. Que esta expansión tiene un importante componente de negocio no es ningún secreto. Que ha sido un completo éxito tampoco. Suelo pensar, que si la NBA tuvo una apertura hacia el resto del mundo en la década de los 80 con figuras como Magic, Bird o Jordan, en la ultima década el balompié ha realizado un proceso similar. Ya prácticamente no queda ningún lugar por colonizar. La anécdota de los japoneses y el Valencia es solo una pequeño reflejo. Como esta, hay mil más.

Lo bonito de todo esto, es la capacidad que tiene el fútbol para afectar a los espectadores sean de la raza que sean. Decía un portero, que hay tres lenguajes universales, el amor, la música y el fútbol. Tanto es así, que de la misa manera que la televisión japonesa es invadida por anuncios protagonizados por Ronaldo, Beckham o Messi, hay un grupo de personas capaces de admirar a jugadores como Albelda, Angulo y Cañizares. Hombres cuyo fútbol se basa en el trabajo bien hecho y en el respeto a unos colores y una afición. Futbolistas de equipo, que destacan más por lo que hacen en el terreno de juego que por el nombre que llevan en su espalda. Y es que esta es una de las verdades que esconde el fútbol. Una verdad bien grande, tanto, que hasta en Japón lo saben.




                                          imagen de la manifestación.


Aquí os dejo un enlace donde se puede ver un vídeo muy gracioso de la manifestación

http://www.as.com/futbol/articulo/futbol-protestas-soler-llegan-japon/20080115dasdaiftb_1/Tes